miércoles, 17 de diciembre de 2008

Back to the future... Miscelanea.



¿Cuánto tiempo media entre la necesidad y la apertura de la imago escritura?

Sí la pregunta es tan absurda como un pibe que le llama asesino al Che Guevara.
De todas formas esa escalada que insisto en nominar tiempo, arremete, intrusa en el espectáculo de la vida, intempestiva, absorta e irreal me sacude la podredumbre de cabello que habita en mi cuero cabelludo.
Y aquí estoy otra vez frente al ordenador, escupiendo palabras, tal cual me sañala la Biblia surrealista, tomo uno el evangelio según mi otro yo, sí, ese que escucha música y no termina de entenderla, claro discute, la siente. De qué hablar, sobre que tomar nota, alrededor las cosas se suceden y la red que teje el grupo humano no atrapa un puto pez, oh, ya no quedan peces!, el mar ha muerto y el rio ha de morir, no hay dobles de cuerpo y la mente humana francamente no me sucede, me duele el pelo, el cabello, el caballo sufre, y el amo juega a ser dominado.
No puedo escribir más, tengo que saber que le paso a Agamenón, si Clitemnestra le asesina luego de diez años, claro, llega a Mecenas luego que cae Ilión, se acuesta con Casandra, Ifigenia sigue muerta y todos lo sabemos, su amante también y ella solo espera la venganza que guardo en el freezer por tanto tiempo.

De fondo suena Buceo invisible, música para niños tristes es el año dos mil siete, y la primavera todo lo llena de inmundicia, te extraño invierno, te añoro frío, te siento saco,” música para niños tristes”…